Fotos: Johan Ramos |
Y como un
gesto de arrojo que nadie podĆa prever, volviĆ³ Arrojas PoesĆa al Sur. El ciclo
autogestivo que habĆa apagado temporalmente sus fueguitos en la Ćŗltima
primavera, regresĆ³ de las cenizas a El Malevaje de La Boca, tal como el
invierno pasado. A pesar del frĆo Ć³seo, las lentejas y el vino ahumaron el
ambiente que palpitaba el inicio del encuentro.
Luego del chico,
piano y repique de la cuerda de tambores Ćfrica Ruge, a cargo del maestro Juan
Candamia, los sonidos del continente leonino perfilaron los oĆdos como una
brĆŗjula hacia el escenario de luces tenues, donde Zulma Ducca y Laura Boscariol
arriesgaron notas y melodĆas magnĆ©ticas.
Marta
Sacco, organizadora del ciclo junto a Ducca, presentĆ³ el encuentro y a continuaciĆ³n tuvo comienzo la mesa de poetas anfitriones, con la
participaciĆ³n de Carlos Moretti, del Frente de Artistas del Borda (que junto a
los talleres de escritura de los hospitales de Barracas y la editorial EloĆsa
Cartonera ya forman parte del elenco estable del ciclo), que leyĆ³ poemas de
internos y reivindicĆ³ los talleres protegidos recientemente truncados por el
gobierno porteƱo; WƔlter Hidalgo, joven poeta ganador del Premio Sudaca Border
2013 de EloĆsa Cartonera, que le editarĆ” su libro Soy un villero, del cual leyĆ³ pinceladas de impresiones callejeras;
y MariĆ”ngeles Taroni, residente del Valle de Punilla en CĆ³rdoba, que contĆ³ las
peripecias de vivir en un rancho en la montaƱa, en diƔlogo permanente con la
naturaleza, sus alimaƱas, sabores y ruidos. A continuaciĆ³n, Ducca y Boscariol
entonaron āQue sea el rĆoā, con letra de Taroni.
MƔs tarde,
la poeta y traductora Amalia Sato dio inicio al capĆtulo oriental con la presentaciĆ³n
del teatro japonƩs de lƔminas conocido como kamishibai. La directora de la
revista Tokonoma leyĆ³ un texto de
DamiƔn Blas Vives que relata un mito japonƩs en el que aparece la diosa del Sol,
Amaterasu, mientras NicolĆ”s Prior presentaba las ilustraciones de su autorĆa,
descorriendo una y otra lĆ”mina en simultĆ”neo a la historia. Luego Sato leyĆ³ un
par de poemas mĆ”s que dieron pie al siguiente segmento. Pero todavĆa faltaba un
avistaje hacia (Asia) el horizonte del levante, que abrazara al sol en un nuevo
ritual.
En la mesa de poetas invitados desde otros puntos cardinales primĆ³ el cercano Oriente. La poeta montevideana Ana Lafferranderie rescatĆ³ el eco de los tambores de los rescoldos que quedaban junto a la vĆa, allĆ” afuera, como viejas voces del Uruguay mĆ”s africano. Y en esa lectura, la humareda se espiralaba y entrelazaba un poco mĆ”s. "Se puede estar en la memoria, ser antiguo. Reconocer las palabras en su curso. Y todo lo que vino serĆ” una saga, cada cosa el giro de un ovillo. Esta voz que desborda volverĆ” a otros para hablar de sĆ".
Luego llegĆ³ el turno de la maestra de poetas MarĆa del Carmen
Colombo, nacida y criada en La Boca, que leyĆ³ tres poemas de la tercera ediciĆ³n de su libro La familia china, en contrapunto con
Ducca y Boscariol, que musicalizaron tres de sus textos. "Son chinas las tres chicas, pintadas por el fino pincel de un copista oriental. Ojos como rendijas miran la escena de la madre, lavando el kimono en el piletĆ³n del patio. Las miradas finitas rayan las ojeras de la madre, imitaciĆ³n de la sombra de un Ć”rbool exĆ³tico. Le dibujan persianas cerradas para protegerla de un sol de siesta, insoportable". Desde el Malevaje, terreno de
compadritos de arrabal que oficia de lĆmite con el Barrio Chino de La Boca,
brotaron como humo (como cƔlido vapor de la boca) voces e ideogramas en
lunfardo que abrigaron a los presentes.
Entre ellos, el artista plƔstico Alfredo
Portillos, que vive en el barrio boquense, y que, tal como dijo Sacco, "acompaĆ±Ć³ el fueguito que primero calentĆ³ parches y despuĆ©s transformĆ³ en cenizas lo no querido y, en el mismo acto, iluminĆ³ los deseos de los participantes de este ritual urbano, Inti Raymi porteƱo en las vĆas de Garibaldi, a metros de Caminito".
El bloque
final estuvo a cargo de la mĆŗsica y compositora salteƱa Sandra Aguirre,
nominada a los Premios Gardel 2013 por su disco Flores como mejor Ɣlbum de folclore alternativo. Emponchada del
rojo y negro tradicional de su provincia, la comadre de Sara Mamani āquien
tambiĆ©n estuvo presenteā representĆ³ al norte arrojando su voz al sur, acompaƱada
de guitarra, pezuƱas y la Rosa de los Vientos, para dar fin al encuentro con las
Ćŗltimas chispas y tizones de calor.
El
micrĆ³fono abierto apenas dio espacio para la mĆŗsica de Julieta Cal. Pero el
frĆo y la noche profunda obligaron al grueso de los presentes a enfundarse para
una retirada satisfecha, bordeando las vĆas de un ocasional Expreso de Oriente.
Arrojas PoesĆa al Sur bajĆ³ la persiana para hibernar con la despensa llena de
material sensible para alimentar cuerpo y alma. El espiral completĆ³ una nueva
vuelta para seguir su rumbo nuboso de deseo ascendente. Lo demƔs es ceniza
siempre dispuesta a renacer.
1 comentario:
Gracias Luciano!
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