jueves, 30 de septiembre de 2010

El reflejo del demonio


Los diarios y formadores de opinión buscan fórmulas sencillas y directas para la difusión de ideas, o de meras consignas que serán repetidas en el ascensor y en la charla ocasional por la calle. En su nota de opinión "El gobierno decidió reescribir el Nunca Más", publicada en el diario Clarín el último 16 de septiembre, el historiador Luis Alberto Romero dice: "Marx ha escrito que la historia se repite: la primera vez en forma de tragedia y la segunda como farsa. Ojalá no se haya equivocado. Que aquello que vivimos la primera vez como tragedia sangrienta concluya, en esta segunda experiencia, como farsa. Porque los signos actuales de la intolerancia, las amenazas y agresiones, y hasta la violencia velada son cada vez más alarmantes." Y la cierra con la siguiente frase: "Cabe preguntarse quién defenderá nuestros derechos cuando lo necesitemos. Quién evitará que la farsa se convierta en tragedia."

Apenas pocos días después de haber inaugurado nuestra etiqueta de posts tragicómicos, en honor a la cita marxiana (de otro planeta), ya tenemos materia de discusión en torno a ella y sus infinitas y antojadizas interpretaciones. Claro, a pesar de que darle con un caño a personajes como Romero, de los que actualmente abundan, ya resulta aburrido y redundante. Pero nos la dejó picando.

El famoso "clima destituyente" que ventilaba el gobierno nacional hace un par de años, en pleno conflicto con los productores rurales (que para algunos era un mucho más drástico y paranoico "se viene el golpe"), ahora lo asumen algunas personas que, como Romero, están más bien identificadas con la oposición, pero invirtiendo la postura victimizante. De esta manera, pretenden ubicarse en el medio de los dos grandes actores antagonistas como terceros damnificados por esa posibilidad que, en Latinoamérica, encuentra cada vez más recreaciones que exceden el mero cuartelazo militar. Sin embargo, más bien se ubican claramente de un lado de ese conflicto que, construido como una gran tensión entre dos polos, tiende a reducirse a una pelea entre ambos bloques protagonistas que neutralizan tanto las medias tintas como las críticas y las síntesis superadoras o, al menos, humildemente propositivas.

Romero, como académico con vía libre para opinar, tiene una responsabilidad que no puede eludir. Y hacerse cargo de una afirmación es asumir la carga. Pero leída entrelíneas, la actitud del autor de la nota no es sólo de víctima, sino más cercana a una advertencia.

Igualar los niveles de violencia y represión que precedieron al golpe de 1976 es caer, precisamente, en lo que don Marx criticaba de la revolución francesa en 1848 con respecto a la referencia que sus líderes hacían sobre la de 1789. A cada nombre antiguo le correspondía uno nuevo, caricaturesco y farsante, que buscaba repetir la fórmula del éxito avalada por el imaginario social. Ese pasado en realidad ejemplificador, inspirador, motor de la historia, tal como Benjamin sostuvo en sus tesis. Pero si Romero ve una posible repetición trágica de la historia reciente, según su propio criterio estaría encarnando entonces una farsa de algunos de los varios periodistas e intelectuales que agitaron las páginas de diarios y revistas con profecías previsibles, en pleno naufragio institucional capitaneado por Isabel Perón.

Rememorar esa tragedia isabelina en la nota aludida tiene motivos muy claros. Además de abonar a la teoría de los dos demonios, la cual pone en un mismo pie de igualdad a los atentados guerrilleros con el terrorismo de estado. Esa especie de bi-teísmo, o bi-demonismo; o mejor aún, de bi-leviatanismo. Porque el Leviatán de Hobbes como metáfora del Estado, ese monstruo, ese diablo o dios, que es lo mismo, reúne todas las voluntades individuales que concurren en un pacto social, del cual él es el propio árbitro. Y ante un incumplimiento o atropello, tan común en su calidad actual, más posmoderna, de máquina, alienta el resquebrajamiento y la rebelión. La represión desmedida de la última dictadura respondió al mandato por el cual todo estado ejerce el monopolio de la violencia. Las anteriores dictaduras y gobiernos parapoliciales ya habían preparado el terreno para que, directa o indirectamente, la espiral de violencia social, la famosa violencia de abajo, levantara polvo. Es cierto que la violencia popular organizada muchas veces provoca víctimas civiles no involucradas directamente en el conflicto, pero esa lucha deberá atenerse a las reglas del tablero en el que se desarrolla, es decir, al estado de derecho o hecho que sólo maneja el único Leviatán existente con sus códigos penales y su poder punitivo.

La respuesta a su última pregunta, digna del Chapulín Colorado, bien la sabe Romero: a él lo defenderá ese demonio, duplicado en una repetición farsante y fantasmática. Y que tal vez sea la de su propio reflejo.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Varietales recomienda Varietal

El próximo martes 28 de septiembre a las 20 hs. en el Roxy (Niceto Vega 5542) se presentará el Quinteto Varietal, joven conjunto tanguero que zarandea sus camisas tintas (como la tipografía de este humilde blog) al ritmo del 2x4. Como espacio pluralmente homónimo, recomendamos este recital que se avecina como una buena ocasión para dejarse envolver por la proxemia de fueye, madera, voz y baile que propone el Quinteto Varietal, y para regocijarse con sus taninos piazzolescos, salganianos y pugliesescos.



viernes, 3 de septiembre de 2010

Argumentos globalizados

En la crónica de Ryszard Kapuscinski "El parlamento de Tanganica debate pensiones alimentarias", el periodista polaco confrontaba los discursos de distintos diputados sobre un proyecto de ley de 1963 que otorgaba un subsidio a los "hijos ilegítimos" (es decir, de madre soltera, lo cual estaba muy extendido por costumbres tribales del África oriental) en el actual territorio de Tanzania. Uno de ellos nos interesa a fines comparativos: "El diputado P. Mbogo ([región de] Mpanda) expresó la opinión de que la ley de pensiones hará crecer la prostitución en el país. 'Las muchachas querrán tener el mayor número posible de hijos ilegítimos a fin de poder ganar un dinero para gastárselo en cosméticos. Estas muchachas serán como los países subdesarrollados: habrá que invertir en ellas'".

De este lado del charco y la historia, el senador radical por Mendoza Ernesto Sanz manifestó acerca de la ya consumada ley que subsidia a niños y niñas de familias con bajos recursos, en una entrevista radial: "Desde el momento en que se implementó el Programa de Asignación Universal por Hijo, los datos marcan que lo que se venía gastando en juego y en droga ha tenido un crecimiento. No lo veo yo, lo ven los analistas".

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Con este post inauguramos una etiqueta que será recurrente en este espacio, siendo que referirá a la archicitada apertura de El 18 Brumario de Marx, acerca de que los hechos y personajes de la historia acontecen como tragedia para luego repetirse como comedia. En este caso lo hacemos con dos argumentos opositores a medidas asistencialistas del Estado que, separadas en el tiempo y en el espacio, se revelan ambas como tragicómicas. Sin entrar en la discusión sobre la tensión entre las políticas asistencialistas y las necesidades urgentes de las poblaciones más vulneradas, apenas queremos poner una tilde o una diéresis en los tonos argumentales que pueden repetirse a lo largo de la historia, como si fueran dos fotos de parecidos. Sin más comentarios.