domingo, 3 de mayo de 2009

Domingo a la mañana

¿Existe realmente el domingo a la mañana? En los estatutos temporales aparece como un período de un día de la semana, como cualquier otro. Pero en la experiencia matinal dominguera, el flujo de irrealidad parece concentrarse como con un embudo. Como una entrada subjetiva a otra dimensión velada por el afán ordinal de todos los almanaques y relojes.

La vivencia de una mañana de domingo es tal vez lo más parecido a un recuerdo, a la evidencia de los años perdidos. La temporalidad subjetiva desborda a la del calendario en una actualización de vidas pasadas, edades de sol, memorias de cera derretida. Y en ese regreso a la cueva para el placer del descanso una claridad deformada, un aura de amanecer melancólico rodea a los objetos y a las personas; las voces y ruidos llegan con delay, en un eco que reclama el olvido instantáneo. Todo se percibe y se escurre al mismo tiempo en un estado narcótico, ya sea inducido, o bien provocado por las mismas propiedades de la luz inicial del primer día de la semana. Porque es difícil estar despierto un domingo a la mañana, y no tener desordenada la percepción. Las reacciones se limitan a la náusea que puede provocar la visión de algún gimnasta corriendo con sus auriculares y su botella de agua; de alguna paseadora con su perro; de padres y madres con sus retoños; de algún comprador de facturas, de diario, o de las pastas que se vendrán al mediodía. Y uno a punto de irse a dormir para despertar cuando esos madrugadores se preparen para la siesta.

El cuerpo flota y subsume el entorno, que deja de existir como tal. La negación de la realidad se consagra en el ritual de haber sobrevivido otra madrugada sin ayuda divina.


3 comentarios:

La niña santa dijo...

Jaja "subsume" será por siempre la palabra que me traerá recuerdos de mi práctico de Seminario de Diseño. Me tocó la anti-profesora de Comunicación Social, una especie de Mirtha Legrand un toquecito apenas más jovial, aunque igual de cirugeada, declarada "amante" de Heidegger y para quien todo era cuestión de subsumir. Habremos cursado con la misma? Norma Beltrán o algo así se llama.
Ya te recibiste?
Un saludo!

Luc Pierrot dijo...

No cursé con la susodicha, sino con Pompei, pero "subsumir" era la palabra clave de toda la troupe Savransky, de jonca. Por suerte ya estoy recibido, con tesina y todo. Vos? Y ahora qué?
Salutes!

Anónimo dijo...

No se puede ver el video Luc.

JRB (poniendose al día con la lectura)