viernes, 15 de octubre de 2010

Se viene el Mazo de cartas

Con sobrada excitación pero nulo exitismo, anunciamos la próxima publicación del libro Mazo de cartas (Novela bélica por correspondencia), de (quien ¿sirve?) Luciano Beccaria y Facundo Ruiz/Irene Sola. Editado por Santiago Arcos, tan sólo adelantamos la tapa (a partir de un collage de Iván "Turco" Elías) y el detalle del libro que figurará en la contratapa.


Desaparece un país; aparece un relato. Varios lo cuentan, pocos lo han visto. En una esquina porteña, cierta vez y en condiciones absolutamente irrelevantes, sucede lo imprevisto a la vista de todos: Beto, el país que casi todos recuerdan, se pierde y despierta una ola de búsquedas dispersas, más o menos violentas, y oportunamente televisadas, que lleva a reorganizar el mapa de alianzas cívico-militares y a instaurar el sorprendente escarceo de los malentendidos. Corresponsales especialmente enviados registran y documentan el desarrollo de acciones y razones a todas luces improbables, puesto que lo único cierto e indudable ya no es la búsqueda, sino lo que se encuentra a cada paso: peregrinos y traductores, espías y policías, poetas y boticarios, y una nutrida fauna de visitantes que operan siguiendo órdenes claras, precisas e inverificables. La guerra no es fría, sino sustituible, y los reemplazos se encadenan sin solución de continuidad en una ciudad que pretende mantener la calma desconociendo lo que, naturalmente, ocurre. Como un collar de esquirlas, libidinalmente hilado, la acción es conducida por múltiples personajes cuya voluntad, muchas veces agobiada por fuerzas que los exceden, se rebela contra poderes gnósticos, autorales y lingüísticos.

Como su nombre indica, Mazo de cartas es más que una novela epistolar: es una novela por correspondencia, es decir, una cosa que obra de acuerdo con otra. Pero es evidente: nadie usa o lee un mazo de cartas sin escoger, previamente, un juego, ciertas reglas, alguna relación entre ellas. He ahí el truco: quizás el único.

Macedonio Fernández ha dicho de esta novela, antes de que fuera escrita y por lo tanto con total objetividad y absoluto desinterés: “Arte de trabajo a la vista, es decir para lector consciente, y hecho con recursos ostensibles. De asunto mínimo, sin jerarquía de valores.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Avisa cuando lo presentan

J