martes, 15 de julio de 2008

Naïf 3 / Deconstructivismo destructivista: "Deconstrucción" y "Martillar"


Entre los mitos urbanos bonaéreos existe el del edificio ubicado en Las Heras y Azcuénaga, actual sede de la Facultad de Ingeniería de la UBA. Obra neogótica del arquitecto Arturo Prins, mucho se dijo sobre la interrupción de su construcción en 1938 y el suicidio de su mentor al año siguiente. Desde que no pudieron completarse las torres por falta de dinero, hasta errores de cálculo en la construcción. Y Naïf, claro, le dedicó una canción al susodicho.

Corría el invierno de 2001 y el repertorio crecía a borbotones. Y llegaba a su punto de ebullición volumínica, hablando sonoramente. Pero la música, lejos de ser agua a 100°C, estaba más cerca de la frase de Silvio Astier, acerca de que "la cal hierve cuando se la moja". Ya habían salido del tintero, entre otros, "B.A.reales", tema minimalista barrial de Lean; "Naïf", tema valga-la-redundancia naïf también del bajista; y el instrumental "Armónicos", donde Fede golpeaba su viola con un destornillador hasta hacerla gritar (armónicamente, claro).

En el junio invernal de Colegiales Lean trajo una música y una frase: "Estoy orgulloso de mi catedral". Entre todos los integrantes de la banda terminamos de delinear la letra de "Deconstrucción", dedicada al arquitecto de tan fastuosa mencionada obra, aunque un tanto ecléctica para la ciudad. De cadencia musical clásica, el final se debatía entre lo trágico y lo circense. La modernidad, el orden, el funcionalismo, la planificación, se podían ir al carajo, como el mismo edificio. Tal como lo predicaba el increíblemente profético librito de "Amnesiac" ("The decline and fall of the Roman Empire"), que había salido ese mismo mes. Y como lo harían las Torres Gemelas tres meses después.

En julio Fede trajo su letra "Martillar", a la que Agus le puso música: una intro arpegiada y una batería imaginada (porque todavía no teníamos ejecutor), cuyo extraño ritmo se mantenía hasta el final, hasta la inexistencia, acompañado de una bola de ruido. Este tema podría ser el eslabón de la influencia comunista sobre Naïf: en su letra, el símbolo del martillo parece estar lejos de la pluma radical, y más cerca de un cruce con la hoz. La banda también se tornaba ecléctica.

Deconstrucción

Estoy orgulloso de mi catedral
se eleva al cielo y es toda de cal
pero desde abajo no advierto la señal

Yo quiero ser como Le Corbusier
hacer de mí una gárgola de ayer
dictar los pasos de mi vuelo y no caer

Y no te miento
eran malos cimientos
ladrillos al viento

El suelo está más cerca del cielo
para mí


Martillar

Martillar
martillar
martillar
martillar

Machacar
machacar
machacar
machacar

Que se rompa
que se astille
que se destroce

Que se quiebre
que se deshaga
que se aplaste

Que cruja
que reviente
que explote

Hasta que no exista

4 comentarios:

Qué te importa. dijo...

Mi padre, estudiante en tan fastuosa construcción, alguna vez me relató -desconozco si tomándome para la chacota o rememorando exactamente lo que su memoria le dictaba- los caños y demás composiciones químicas que los nacandopistas estudiantes de la facultad de los setenta realizaban en lo que ahora es el tercer o cuarto -ahora el que no recuerda soy yo- piso de la actual sede de Cbc de Ingeniería de la Uba. Sos-pecho que fue lo primero, una paternalista tomadura de pelo. En el caso que así no fuera, ahí podría estar la influencia montoneril de Näif. O del montonerismo, para iguales alegrías de Firmenich y Asis. Por lo demás, no demasiado diferentes.
Pedro Vaca Narvaja.

Anónimo dijo...

Al fin llegan las influencias comunistas! José Vissarionovich Dzugashvilli, el Padre de la Patria, estaría orgulloso de estos pebetes.

El Astrologo

Anónimo dijo...

Martillar era el mejor tema de Naïf. Por su ritmo e intrumentación armónica, creo que bien podría calificar como pseudochacarera sónica. De cerca, me parece, le seguía en mejoritud el tema modal (módico) pentatónico, Días de Sol- Baccio et salutationem, Luc. Tu retrospectiva de Naïf ha venido siendo gratísima.

Luc Pierrot dijo...

Gracias, ilustrísimos amigos. Sí, en cuanto a influencias, o condiciones de producción, en realidad Naïf pretendía ser holista. Estimadísimo León, coincido plenamente, casi en el mesmito orden. Martillar: temón que me acabo de dar cuenta de su pseudo chacareritud, hay que juntarse a grabarlo! Y Días de Sol, próximamente estará disponible para los oídos porque fue hallada su única grabación.