sábado, 14 de noviembre de 2009

Ojos de Perro Azul (reloaded)

Reeditamos un viejo posteo de una banda efímera, con algunos retoques y, lo más importante, la posibilidad de escuchar los temas con sólo un play, ya que de un año a esta parte aprendimos un poquito más de cuestiones informáticas. ¡Ea!

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Las bandas teen salen con fritura a rolete y a troche y moche. La mayoría está condenada a la ermita del garage/altillo/terraza; aunque cada tanto, por su afinidad con el canon comercial, alguna la pega. Ojos de Perro Azul no pudo con su genio de realismo mágico menemista y se condenó al altillo sin salirse del canon comercial. Después del palo, tengo vía libre para continuar sin que se me tilde ni acentúe de tendencioso.

La banda nació promediando 1998, grunge congénita, en el último año de secundaria de cinco compañeros: Lean al bajo, Agus a una viola (ambos después integrantes de Naïf), Matías a la otra viola con pedalera, Jacki a la bata y Luc a la voz. El nombre fue tomado de un tema instrumental titulado como el extrañamente onírico cuento de García Márquez, que venía de las épocas de una banda antecedente, Depresión Maníaca, y que siguió siendo ejecutado por Ojos de Perro Azul. Interstate Love Song de Stone Temple Pilots fue el primer cover, al que le siguieron un par de Pearl Jam y I want you de los Beatles, hasta que surgieron las primeras canciones de la cantera. Rockitos como Cabeza Cuadrada y La bodega, éste pincelado con alguna veta darky; un tema con tonos disco como Esa droga femenina; homenajes/plagios como la melosa balada All the sand/Jalea de perlas/Todo el polvo; letras tristoñas adolescentes con atisbos de hard rock grungeoso como Vencido sin pelear y Estatuas de sal. Además del grunge y el ocaso beat como base inspiradora, otras influencias pretendidas fueron Led Zeppelin y Los Redondos. Eso se reflejaba en los solos de viola, los efectos de la pedalera, las entradas de la batería y la presencia del bajo.

Luego de un par de Acatraz, algunas tocatas en bares y la compra de equipos para llevar a la costa veraniega y porrista, donde Ojos de Perro Azul ofreció sus últimos recitales en la arena playera, la banda comenzó a disolverse en la arena de la lucha de clases, de estilos musicales, de volúmenes y de estrellatos. El altillo de Mar del Tuyú donde convivieron los cinco integrantes más amigos sin conocer casi la luz del día terminó por ser un caldo de cultivo separatista. A comienzos de 1999, el grupo se tentó con la posibilidad de emular a Yes y a Pink Floyd, y en el intento vano de hacer un tema de ocho minutos, Reloj de madrugada, sucumbió a sus limitaciones y a su impaciencia. Con la secundaria, el siglo XX y Nemen, se iba al tacho una banda teen más. En 2002 se juntaron para dar un recital despedida pero no hicieron ninguna gira ni ganaron un mango.

Acá se pueden escuchar los tres temas grabados el 17 de diciembre de 1998 para el demo de la gira costera. En orden, Vencido sin pelear, All the sand y Esa droga femenina.





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